sábado, 23 de agosto de 2008
domingo, 10 de agosto de 2008
Yo, la más nostalgiosa
Extraño aquella época, que no se parece en nada a ésta.Los mediodías esperando que venga le micro para ir al cole, recibir el "soborno" de mi nona Tita para que me suba y suspirar profundo porque al menos por seis o siete horas el calvario se detenía, quedaba afuera, no muy lejos, a ocho cuadras de casa.
El micro lo manejaba "Don Rivas" con su mujer pero no era el micro más popular, yo quería ir en el de "Don Gesa" , pero no pasaba por casa.Mis amigas Isa y Lupe se odiaban pero viajaban juntas y me contaron alguna vez que mientras que Isa agredía a Lupe y ella lloraba desconsoladamente abrazada a la esposa de "don Gesa" todas las demás apoyaban la cabeza de costado en el vidrio y descansaban después de un largo día.
Yo era la primera en bajar de mi recorrido y mientras el micro paraba en la esquina de casa para dejar a Laura me asomaba y veía al Nono Luis esperando en la puerta de casa para darme la mano y agarrar mi mochila pesada mientras bajaba.Entonces entraba a casa y encontraba a mi hermano Sebas que ya había llegado y estaba merendando , me sentaba con el y la nona Tita me servía mi merienda.Muchas veces elegíamos pan francés con manteca y queso provolone y mientras comía rogaba, pedía, imploraba que la vida se mantuviera ahí , en el comedor diario de mis abuelos, mirando cómplice a mi hermano que mientras iba por la segunda rebanada de pan no tenía tiempo de hablar , pero estoy segura, muy segura que su deseo era igual al mío.
El micro lo manejaba "Don Rivas" con su mujer pero no era el micro más popular, yo quería ir en el de "Don Gesa" , pero no pasaba por casa.Mis amigas Isa y Lupe se odiaban pero viajaban juntas y me contaron alguna vez que mientras que Isa agredía a Lupe y ella lloraba desconsoladamente abrazada a la esposa de "don Gesa" todas las demás apoyaban la cabeza de costado en el vidrio y descansaban después de un largo día.
Yo era la primera en bajar de mi recorrido y mientras el micro paraba en la esquina de casa para dejar a Laura me asomaba y veía al Nono Luis esperando en la puerta de casa para darme la mano y agarrar mi mochila pesada mientras bajaba.Entonces entraba a casa y encontraba a mi hermano Sebas que ya había llegado y estaba merendando , me sentaba con el y la nona Tita me servía mi merienda.Muchas veces elegíamos pan francés con manteca y queso provolone y mientras comía rogaba, pedía, imploraba que la vida se mantuviera ahí , en el comedor diario de mis abuelos, mirando cómplice a mi hermano que mientras iba por la segunda rebanada de pan no tenía tiempo de hablar , pero estoy segura, muy segura que su deseo era igual al mío.
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